COP 12- Documento UNEP/CBD/COP/12/16
8 de octubre de 2014
Los
Pueblos Indígenas vivimos y sentimos la estrecha relación que existe entre la
diversidad biológica, la seguridad y soberanía alimentaria, la seguridad del
agua, la salud y el bienestar humano. Dentro del círculo sagrado de la vida, la
Madre Tierra es la base fundamental para la coexistencia e interconexión de todos los seres que en ella habitan.
Resaltamos que nuestros recursos son nuestras relaciones y que las relaciones
armónicas traen como consecuencia la salud física y espiritual del hombre y de
la Madre Naturaleza.
Desde tiempos ancestrales los Pueblos Indígenas
practicamos la medicina indígena holística. Las mujeres indígenas dependemos de
la medicina tradicional en un 80%, y con
nuestra sabiduría y conocimientos tradicionales jugamos un rol preponderante en
el cuidado de la salud integral de nuestras familias, pueblos y comunidades y de la Madre Tierra.
Por lo tanto nos preocupa la rápida perdida de las plantas, animales, aguas,
tierras, etc. utilizadas como medicina y sustento diario. Esta pérdida de recursos nos lleva a vivir en condiciones
de pobreza y extrema pobreza y además nos lleva hacia la erosión de las formas de vida, de la espiritualidad, de la identidad,
cultura y de las lenguas indígenas.
Como
FIIB recomendamos la inclusión de la participación plena y efectiva de los
Pueblos Indígenas y las comunidades locales en particular de las mujeres en las distintas actividades creadas
sobre el tema de salud y biodiversidad como un justo reconocimiento a la milenaria
contribución que hemos realizado en el bienestar de la humanidad y de la Madre
Tierra a través de los diferentes sistemas de salud y conocimientos tradicionales.
El
FIIB aspira que para el 2020 se haya
implementado efectivamente la meta
14 de Aichi en atención a las
necesidades de las mujeres, de los Pueblos Indígenas y comunidades locales, de
los pobres y vulnerables y al bienestar
de la Madre Tierra.
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